A Finales del siglo XVII aparece la figura colosal de Franz Anton Mesmer, médico alemán nacido en 1743. Éste hombre extraordinario, conocedor de las doctrinas de Paracelso, fue quien proclamó la nueva ciencia por él denominada Magnetismo Animal, fundándola en los siguientes aforismos:

El cuerpo humano experimenta los efectos del fluido universal que afecta inmediatamente los nervios y se infiltra en su substancia dotándola de propiedades similares a las del imán. Ésta propiedad puede comunicarse igualmente a los cuerpos animados que a los inanimados. La acción magnética puede ejercerse de cerca y a distancia, produciéndose a veces convulsiones y alteraciones en la economía animal, como asimismo puede curar muchas enfermedades que se tiene por incurables.

Los Fundamentos del Magnetismo Animal, escrita en forma de aforismos, conforma una serie preceptos ideológicos y prácticos dictados por Mesmer a la asamblea de sus discípulos y en los cuales se resumen sus principios, su teoría y su modo de magnetizar.

El todo forma un cuerpo de doctrina, desenvuelta en trecientos cuarenta y cuatro párrafos, para facilitar la aplicación de los comentarios al magnetismo animal.
 
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